Afrodisiacos. ¿Funcionan realmente?

Todas las personas, hombres y mujeres, alguna vez en su vida han escuchado o buscado algo sobre los afrodisiacos. Por afrodisiacos nos referimos a cualquier producto, generalmente natural, que es capaz de despertar y desatar los instintos más bajos. De forma que  ayude a tener grandes momentos épicos de placer sexual.

La realidad sobre este tema está un poco difusa. La postura donde más expertos y estudios más o menos serios coinciden es en que realmente los afrodisiacos por si mismo no tienen ningún efecto, son placebos.
Esto no hace otra cosa que reafirmar lo que Toulouse a través de este blog a defendido en varias ocasiones. El poder del sexo está principalmente en el cerebro. Si en tu mente tienes la idea de sexo, cualquier cosa puede hacer saltar esa chispa. El secreto está siempre en estimular el cerebro para provocar que el cuerpo reaccione.
También en honor a la verdad, hay que decir que el sexo a parte del cerebro es mucha química. Concrétamente muchas hormonas. Por este motivo, antes de seguir, quiero hacer una diferenciación muy clara entre afrodisiacos (productos naturales, conductas, sensaciones o situaciones) y productos farmacológicos y hormonas.
Los afrodisiacos en sí, se pueden clasificar en varios tipos.
        –  Por composición química. No voy a engañar a nadie ni descubrir nada nuevo. Hay muchos alimentos que en su composición y aportes de nutrientes afectan de una u otra forma a la sexualidad. En ningún caso hacen que por arte de magia la persona que los consuma vaya a tener unas ganas irrefrenables de mantener sexo. Por ejemplo, el calcio ayuda a las transmisiones nerviosas, la vitamina B aporta energía y el magnesio mejora la actividad muscular. Estos productos por si mismos no te dan ganas de practicar sexo, aunque si los tomas de forma regular si que consiguen mejorar la experiencia. Dicho esto me veo obligado a aclarar que la mejor forma de estar al 100% es teniendo una dieta equilibrada y hábitos sanos. Por tomar un compuesto concreto en altas dosis no va generar cambios significativos positivos. En todo caso, negativos perjudicando tu salud. Dentro de los químicos, se tiende a pensar que las drogas ayudan al sexo, también es falso, y aquí puedes leer más ampliamente sobre el tema.
        –  Por estimulación de los sentidos. Muchos de los alimentos a los que se les atribuye propiedades afrodisíacas no es más que por su forma fálica que recuerda a los atributos masculinos o por que recuerda a la vulva de la mujer. Que en cierta manera puede activar los circuitos del cerebro del deseo. También se recurre por ejemplo a hacer cenas “románticas” con pequeños adornos florales en la mesa. El hecho en sí no lo es, pero hace que venga a nuestra mente la secuencia completa de tantas películas donde el siguiente paso es terminar en una noche de pasión. En este caso el efecto es que, de forma inconsciente, se está predisponiendo el cerebro a que tenga que haber sexo posterior. Pero por el recuerdo implantado que tenemos por las películas, no por el efecto de la cena en sí.  Las luces tenues tienen un efecto similar, psicológicamente hace que nos sintamos más indefensos y eso nos lleva a confiar más en la otra persona. Otro caso es practicar sexo a oscuras. Esto hace que las posibles inseguridades sobre nuestro cuerpo se vayan al saber que la otra persona no va a poder verlas. Predispone a estar más entregado al placer en lugar de estar “asustado” por nuestros propios miedos. Como estas leyendo, este tema es muy amplio aunque los ejemplos del tema están muy limitados y son escuetos. Sin embargo te aseguro que todo termina en el punto en el que es una estimulación del cerebro. O en su defecto, buscar un recuerdo concreto  que conlleva a estar más predispuesto para el sexo.  Un hecho concreto no provoca las irrefrenables ganas de mantener relaciones sexuales, pero un cúmulo si predispone.
        –  Por presión social o tradición cultural. En este caso es que se le atribuyen propiedades afrodisíacas a cosas, hechos o ceremonias simplemente por tradición o por que una vez alguien escucho que otro dijo pero nadie nunca lo ha vivido en primera persona. Varios ejemplos claros son, por ejemplo el 14 de Febrero (San Valentín, día de los enamorados), día muy propicio para mantener relaciones sexuales. Otro claro ejemplo es el alcohol, realmente no es afrodisíaco. Lo que ocurre es que afecta a la percepción que tenemos del mundo. Deformando la concepción del tiempo y provocando un estado de euforia y desinhibición. La realidad es que aunque es un vaso dilatador que en principio ayuda, el consumo elevado llega un punto en el que afecta de forma completamente contraria dificultando la correcta respuesta sexual del cuerpo ante estímulos. Y un último caso, la ropa interior “sexy” que hace que sea más fácil que la otra persona caiga en el deseo sexual. Pensad que hasta que no se está en los preámbulos del sexo, la otra persona no ha visto la ropa interior y por tanto no ha podido hacer ningún tipo de efecto. (Aquí queda descartado los casos de exhibicionismo, o de personas que SOLO van con esa ropa)
¿Os apete descubrir estos afrodisiacos? 
Puedes leer más acerca del body sushi aqui.
Imagen de Body Sushi. Nyotaimori. Nantaimori
Sesión de Nyotaimori (mujer bandeja) y Nantaimori (hombre bandeja) Conocido generalmente como Body Sushi

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