Causas de un gatillazo (masculino)

Gatillazo, una de las palabras más temidas dentro del sexo. Especialmente por hombres, porque cuestiona su virilidad y pone en jaque su potencia sexual. Por mujeres porque es sinónimo de quedarse a medias o ni empezar una relación sexual.

Estos pensamientos son los más extendidos alrededor del concepto “gatillazo” pero son totalmente falsos. Un gatillazo no es el fin del mundo ni un boicot de los dioses a una relación sexual.

Llamamos gatillazo comúnmente a cuando en una relación sexual, ambas personas están predispuestas a realizarla pero el cuerpo de una de ellas (el del hombre generalmente) no está por la labor. Dicho de forma más clara: por mucha excitación que tenga el chico no es capaz de entrar en erección en ese momento o la chica es incapaz de lubricarse. (leer gatillazo femenino)

Aquí nos vamos a centrar en la parte masculina de un gatillazo. Se habla de gatillazo masculino cuando no se consigue la erección de forma puntual y momentánea, si esto ocurre durante un tiempo prolongado, quizás sea otro tipo de patología y lo recomendable es acudir a un especialista médico.

Aunque se suele comentar que los gatillazos ocurren a partir de cierta edad, lo cierto es que pueden ocurrir en cualquier momento. Un chico joven también puede sufrirlo. Lo primero que hay que hacer es ver con más naturalidad el gatillazo. Es una respuesta fisiológica más del cuerpo humano que puede generarse debido a infinidad de causas. Lo segundo que hay que hacer, es no darle importancia y disfrutar de la sexualidad por otras vías. Recordar lo que dice Toulouse muchas veces. “El sexo no solo es penetración (link) y el mayor órgano sexual es cerebro.” Otro detalle importante, aunque el tema gatillazos está enfocado casi al 100% en relaciones heterosexuales, entre homosexuales también se puede dar y se da. Porque un gatillazo no olvidemos es una reacción del cuerpo humano del hombre, sin más adjetivos.

Un gatillazo puede aparecer por muchas causas como ya hemos comentado, las más habituales suelen ser:

  • Efecto “macho ibérico”:
    Vivimos en una sociedad donde aun se sigue considerando y midiendo la valía sexual de un hombre por lo rápido y dura que sea la erección que tenga al ver a cualquier mujer predispuesta a tener sexo con él. Es habitual que muchos hombres llegado el momento del sexo, se sientan presionados a tener que “cumplir” y dejar el pabellón bien alto.

  • Perfección y superar expectativas:
    Similar al punto anterior, hay hombres que son muy perfeccionistas en sus vidas, y en el sexo no pueden ser menos, necesitan dar el 110% en sus relaciones y que todo salga según tienen previsto. Con unas altísimas expectativas. Esto no hace que añadir presión y tensión a nuestro propio cuerpo, que si satura desemboca en el gatillazo.

  • Ansias:
    A veces el gatillazo ocurre porque de tantas ganas que se tiene de tener sexo, se llega al bloqueo. Se desea tanto tener una relación sexual, que cuando se está ahí con tantas ideas y cosas por hacer, no se es capaz de centrar en una e ir poco a poco probando todas esas ideas. Esto hace que se colapse nuestro cerebro en el terreno sexual. Ese colapso se transmite a la polla en forma de no erección o de dificultad para llegar al 100% y mantenerse así durante un tiempo.

  • Químicas:
    Para que una relación sexual funcione debe de haber química entre las personas que participen. Por muchas ganas que se tengan si no hay esa comunión mental y de cuerpos al contacto piel con piel, no se va a producir la excitación suficiente para llegar a la erección total.

  • Física:
    No todos los días el cuerpo humano está en las mismas condiciones. Hay veces que por mucho que se quiera el cuerpo dice no, y es un no rotundo. Cansancio, demasiada actividad, algún proceso vírico o de incubación de enfermedad, estrés, incluso estar haciendo la digestión puede ser un factor determinante para que aparezca un gatillazo. (Durante la digestión la mayor parte de la sangre está en el aparto digestivo, y si la sangre está ahí, no puede estar rellenando la polla).

  • Período refractario:
    En ocasiones un gatillazo puede surgir por una especie de mito (falso) que circula por ahí. Aquello de que para aguantar más tiempo la erección el chico se puede masturbar y correr varias horas antes. Aquí estaría implicado lo que se conoce como periodo refractario. Que es que tras una eyaculación, el cuerpo del hombre baja su nivel de excitación (hormonas) y necesita un tiempo de descanso antes de afrontar una segunda relación sexual o eyaculación. Si no entra en juego el efecto coolidge que dice justamente, que en mamíferos, ante la posibilidad de tener relaciones sexuales con otras hembras, el cuerpo del macho reacciona generando “deprisa y corriendo” una nueva respuesta sexual. El estar dentro del periodo refractario se puede entender como un gatillazo.

Pueden darse algún motivo más para un gatillazo, pero estos son los más habituales.

¿Crees que es solo cosa de hombres? No, las mujeres también tenemos gatillazos. Pero como otras muchas cosas, pasan más desapercibidos. Las causas son más o menos parecidas. La diferencia es como ocurre y como se detecta. Un gatillazo en una mujer es cuando está próxima a la relación sexual, pero sin embargo su cuerpo no opina lo mismo. No consigue entrar en una excitación constante y por consiguiente su vagina no se lubrica como lo haría en otras situaciones y cuesta más que se dilate y abra.

En cualquiera de los casos, un gatillazo no debe cortar el rollo ni ser motivo para abortar un encuentro de placer sexual. Hay muchas otras formas de disfrutar con el sexo que no implican directamente una erección total en el caso de los chicos o una penetración vaginal en el caso de las chicas. Si no lo crees, explora este blog y veras todas las opciones que existen.

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¿Superamos el gatillazo juntos?