Celebgate, la sexualidad de las celebritys.

Celebgate es el nombre que la prensa internacional acuñó para hablar de una filtración masiva de fotos y vídeos íntimos de muchas personas públicas. Se habla de hackeo de cuentas. Pero después de un tiempo de reposo (la noticia salto en 2014) y una larga investigación de las autoridades, incluyendo al FBI de Estados Unidos, ahora podemos hacernos una idea de lo ocurrido en este Celebgate.

Te preguntarás qué tiene que ver esto con la sexualidad. Pues más de lo que piensas. No es solo por lo superficial de que circularan por Internet fotos y vídeos de desnudos o incluso de relaciones sexuales de personas muy famosas. También es la respuesta que hubo como sociedad a este hecho. Esto conlleva una reflexión acerca de como percibimos la sexualidad.

Toulouse considera que es interesante pararse a pensar en voz alta sobre esto. Aunque esta consideración sea opinión personal de Toulouse y no la tónica habitual de los contenidos que se comparten aquí.

Los hechos probados en el Celebgate son que en 2014 se produjo una filtración masiva de imágenes y vídeos de celebridades desnudas y/o manteniendo relaciones sexuales con sus parejas. Se ha documentado unos 500 archivos pertenecientes hasta a unas 300 personas. En su mayoría, este material fue extraído directamente del servidor de Apple, Icloud. Otra parte del material salió desde las cuentas de Gmail. Algunas vinculadas también a Icloud y otras solamente a Drive. (espacio de almacenamiento de Google)

Con el caso Celebgate ya cerrado y la sentencia firme pública. Hay que decir que no fue un fallo de seguridad de las plataformas como se apuntó en su momento. Ni siquiera una vulnerabilidad del sistema. La culpa fue un engaño que sufrieron las celebritys por parte de Edward Majerczyk y Ryan Collins. Ellos son los hasta ahora (2022) reconocidos culpables, principales. Autoinculpados de haber accedido de forma no autorizada a ordenadores personales. Aunque han salido hasta 3 nombres más. Emilio Herrera, George Garofano y Christopher Brannan. Todos ellos están vinculados a este caso de alguna forma por medio del acceso no autorizados a PC personales usando técnicas de suplantación de identidad (phishing). Todos, han sido condenados a prisión entre 8 y 34 meses según la legislación de Estados Unidos.

Como digo, todo fue una estafa que los hackers realizaron a cada usuario. Para ser exactos, crearon una cuenta en Icloud llamada “appleprivacysecurity” @icloud.com. Desde ahí se dedicaban a mandar correos en nombre de Apple pidiendo las contraseñas por un problema de seguridad. A partir de ahí, si se les respondía, tenían acceso total a lo almacenado. NUNCA RESPONDER a este tipo de correos, ninguna empresa te va solicitar así un control de acceso.  A raíz de esto, las grandes compañías modificaron sus protocolos para evitar que se puedan crear cuentas con nombres similares o en esa línea, y usarlos para suplantar alguna sección o departamento oficial de la compañía en cuestión. (Proveedora de correo electrónico)

Todo ese contenido saltó a diversas páginas de contenidos para adultos y portales de almacenamiento. Las personas famosas poco pudieron hacer para detener esa ola de contenidos. De hecho, cuando se empezó a retirar los contenidos fue gracias a que algún abogado de estas celebritys, se dio cuenta que como contenido de persona famosa, estaban usando los derechos de imagen sin permiso. Y eso fue lo que provocó que se retiraran de muchas páginas que se acogían a la libertad de expresión o que fueran personajes públicos para poder distribuirlas. La defensa no fue el hecho de que fuera distribuir imágenes íntimas o el derecho al honor del personaje famoso, sino “la marca personal” que representan.

Aquí entramos ya en la parte más social y de reflexión entorno a la sexualidad. ¿Cómo reaccionar ante esto? Muchos personajes afectados, negaron categóricamente que fueran fotos reales. Otros alegaron que eran personas que se parecían a ellos, o fotos manipuladas con Photoshop, etc. Cualquier excusa servía. Otros personajes, si que admitieron públicamente la autenticidad de las fotos y que habían sido hackeadas o robadas de sus cuentas personales.

Una de las más mediáticas que admitió desde el principio sus fotos fue Jennifer Lawrence. Donde lo que más le preocupaba no era que la vieran desnuda, sino como podría afectar eso a su carrera como actriz. A día de hoy (verano 2022), podemos decir que no tuvo ninguna repercusión y sigue siendo una de las grandes actrices de Hollywood.

Otra que apareció en estos temas fue Miley Cyrus. En este caso sus imágenes desnuda no causaron tanto revuelo porque ella ya realizaba acciones similares en su vida pública para revindicar esa rebeldía transgresora que representa y potenció durante un tiempo. Por encajar fechas. El celebgate fue en 2014 y su sencillo Wrecking Ball donde sale desnuda en el videoclip se lanzó en 2013.

Ellas son dos claros ejemplos de distintas formas de encajar y actuar ante un mismo hecho.

La sexualidad cambia y la forma de entenderla también. Esto era año 2014, ahora estamos en verano de 2022 (escritura de esta entrada) y muchas personas públicas, famosas, celebritys o influencers si las quieres llamar así, han descubierto una nueva forma de ingresos a través de la popular plataforma OnlyFans. Un lugar donde pudiendo compartir cualquier tipo de contenido, muchas personas se deciden por el contenido más íntimo, erótico y natural. Mostrarse sin ropa. Vídeos e imágenes más explícitas o menos. La sociedad ha ido normalizando este tipo de contenido.

Acolación del caso, podemos hablar del “efecto Instagram”. Muchas personas famosas, ante la posibilidad de que en sus vacaciones y tiempo libre estén perseguidas por la prensa y paparazzis deciden usar esta acción para “desactivarles”. La prensa y paparazzis buscan hacer alguna foto comprometida o una imagen en bañador o bikini, topless o haciendo nudismo en algún yate o cala de celebritys. La forma de neutralizar esta persecución, es ofrecer ellos mismos (la/el celebrity) esa imagen de forma gratuita en redes. La persona famosa comparte en Instagram una imagen similar a la que podría sacar la prensa. Haciendo así que pierda interés el perseguirles. Ya no les compran a los paparazzis las fotos porque están disponibles de forma pública.

En el lado opuesto, está el llamado efecto Streisand. (Leer wikipedia). Que es cuando algo cobra mucha más relevancia y notoriedad a partir de haber sido eliminado o censurado. Esto provoca que se despierte la curiosidad y se haga el centro de atención. Es lo ocurrido con los implicados en el caso celebgate. Las personas que admitieron que las fotos eran reales, no tuvieron tanta repercusión como aquellas que intentaban evitar verse salpicadas en el circo mediático. O el caso de Miley Cyrus, que al ser ella misma la que también compartía de forma intencionada contenido similar, neutralizó el filtrado. Aunque para ella el contenido filtrado fuera mucho más íntimo y personal pasó desapercibido. Hasta hubo gente que pensó que era contenido oficial de la cantante y actriz.

La reflexión que Toulouse os quiere compartir con esta entrada es por un lado las consecuencias de la ciberseguridad. Por otro lado y la más importante. La sexualidad es más natural de lo que pensamos. Si le damos naturalidad habría menos problemas entorno a tabús, inseguridades y problemas que puedan tener muchas personas con la sexualidad. En este caso concreto del celebgate, siempre habría morbo por ver, conocer las facetas íntimas de personas famosas, pero hubiera sido mucho menos relevante. Si aceptamos la naturalidad de que cada cuerpo tiene sus formas y todas son buenas, habría una percepción y sexualidad más sana.

 

¿Y ahora que piensas de este tipo de fotos?

Imagen promocional del single Yate del artista C.Tangana.
Aparece él rodeado de multitud de celebritys en bikini en la cubierta de un barco. Foto similar a la que podría haberse filtrado en el celebgate