¿Cómo excita un relato erótico?

Los relatos eróticos son casi un mundo más tabú que el propio sexo. Pocas personas aceptarán en público que los leen (salvo los comerciales mainstream) y menos que los escriben.

Sin embargo, la realidad de la red de redes es muy distinta. Existen miles de páginas y comunidades que giran entorno a la literatura erótica. Sin ir más lejos, este blog tiene más tráfico y lecturas la parte de los relatos éroticos que las entrevistas o las entradas enfocadas a la divulgación de la sexualidad como esta.

Los relatos eróticos se pueden encontrar de cualquier temática, género e intensidad de acción (sensual, erótico o pornográfico). Por muy raro que te pueda resultar una idea, es muy posible que alguien lo haya escrito. A las malas, siempre puedes recurrir a que te lo escriba por encargo alguien experto en relatos.  Como nosotros u otras personas. (Ver relatos personalizados)  ¿o por qué no? Escribirlo tu mism@

Pero ¿cómo excita un relato erótico? Son solo una historia. El secreto como la gran mayoría de cosas relacionadas con la sexualidad, está en cerebro. Este órgano es el que se ocupa de crear placer y te excites leyendo un relato erótico. La lectura sirve de estímulo a la imaginación que es la que recrea toda la acción. Además, se nutre de recuerdos y conocimientos tuyos para completar y enriquecer el escenario que se esté proponiendo en el relato. Así, podemos decir que el cerebro, “se engaña a sí mismo”. Con esta fantasía creada en tu imaginación, otras partes del cerebro se ven estimuladas y comienza la fiesta hormonal y de reacciones relacionadas con el placer sexual.

Resumido y simplificando la teoría técnica, los relatos eróticos funcionan porque al final, nuestro cerebro y sus procesos fisiológicos, solo entienden la química. A la hora de la actividad sexual. Recibimos uno o varios estímulos de carácter sexual. Estos llegan al cerebro y comienza el proceso. Como si se tratase de fichas de dominó, las distintas partes del cerebro van intercambiando impulsos eléctricos en cadena y “tomando decisiones” sobre el resto del cuerpo. Esto se transforma en que nos excitamos y “el cuerpo nos pide más”. Realmente es el cerebro, la parte subconsciente que manda a la parte consciente. Se segregan hormonas como la testosterona, estrógenos, serotonina, adrenalina, hasta llegar a la dopamina que es la que crea el efecto de recompensa. La satisfación y el placer.

Justamente lo mismo que mantener relaciones sexuales o masturbarse. De hecho, leer literatura erótica, se podría entender como una forma de masturbación. Puesto que realmente, en este proceso hormonal que ocurre de forma automática, no entiende o no diferencia como le llega el estímulo al cerebro. Solo sabe reaccionar a la acción o impulso eléctrico que le ha llegado de la zona justamente anterior al proceso.

Volviendo al simil de las fichas de dominó. La acción de que caiga una sobre otra de forma automática, es el proceso de excitación y disfrute del placer sexual. Mientras que el cómo o quién inicia la caida de la primera ficha de la fila, es el estímulo que recibe esa zona del cerebro encargada de comenzar el proceso sexual. La forma del estímulo y de como llega es lo de menos. Puede ser una lectura erótica la que active la imaginación, que es lo que estamos comentando aquí precisamente. Pero también puede ser un susurro, un ruído, una vista de un cuerpo desnudo, el tacto de una caricia… En general cualquier cosa que active la imaginación en el terreno sexual.

¿Quieres poner en práctica esta explicación de cómo excita un relato erótico? Solo tienes que visitar la sección de relatos del blog. (Ver aquí)

¿Te atreves a leer?