Escort de lujo en Madrid

Acaba de terminar la primera jornada del congreso y aun queda media tarde para disfrutar de Madrid, pero lo cierto es que lo último que quiero es andar o hacer turismo por la ciudad. Lo que prefiero ahora mismo es relajación.

Mientras espero al Uber para volver al hotel, con el móvil en la mano, no dejo de pasar una y otra vez la web de la agencia Carla Mila. Saltar de una foto a otra, de chica en chica. Aunque no se les ve la cara, todas tienen un cuerpo que incita al pecado y la tentación. Así me devano entre qué hacer. Contactar o no, solicitar un servicio de escort de lujo o no…

Sin duda es algo que me aportaría relax para terminar el día, pero siempre está esa incertidumbre de duda para solicitar un servicio y serán así de verdad, etc… Pero sobre todo y especialmente, a cómo me mirarían en el hotel y si me encuentro con algún compañero o cliente en esta situación.

Llega el Uber y por ese momento lo dejo pasar, pero en mi mente sigue el tema dando vueltas. Ya tumbado en la cama, pasando los mil canales internacionales de la televisión sin tener ningún estímulo para salir del aburrimiento, miro mi móvil. En un arrebato, me decido a llamar.

Por teléfono es muy agradable y natural la chica que atiende. Tiene una voz sensual pero sin ser especialmente impostada o dar sensación de actuada. Me pregunta con quién de todas quiero tener la cita. Con los nervios del momento, ni soy consciente de quién digo, solo repito uno de los nombres que ella me ha dicho. Para quitarme presión, quedamos en un bar que hay cerca del hotel, en realidad me lo termina proponiendo ella. Es un punto que me da cierta confianza. No debe ser la primera vez que viene por este hotel, ya que se conoce bastante la zona.

Llega el momento de encontrarnos en el bar. No puedo decir que no estuviera nervioso e inquieto. Cualquier chica que se acercaba o se quedaba mirando a la mesa donde me tomaba una cerveza podría ser ella. Finalmente llegó ella.

Unos vaqueros ajustados, una camiseta de aire moderno y una mochila a modo de bolso. Admito que no esperaba que fuera tan “normal”, al ser escort de lujo en Madrid, me esperaba algo más “llamativo” tanto en físico como en la forma de vestir, pero me sorprendió muy positivamente que fuera tan discreta y normal. Nos presentamos y rápidamente entablamos conversación. Parecíamos un par de amigos tomando algo. Fuimos hablando de temas de ascensor como digo yo mezclado con temas más sexuales y del negocio en sí.

Acto seguido, fuimos paseando tranquilamente por la calle hasta el hotel. Ella me transmitía mucha tranquilidad y sabía crear ese feeling para ser 2 amigos. Ya en la habitación, comenzó de forma muy sensual a jugar conmigo. Me ayudó a desnudarme y yo a ella.

Fue todo muy natural y progresivo, sin darme cuenta la tenía dándome placer oral. Tumbado en la cama era maravillosa la vista de su melena larga y lisa con las caderas en alto al fondo. Además con la curvatura de sus nalgas como si de dos montañas se tratasen haciendo un bonito y profundo valle.

Llegó el momento de la penetración. Se puso de cuclillas sobre mí, me puso el condón con la boca y fue bajando lentamente mientras ella misma se colocaba mi polla para que entrara. Sus ojazos no dejaban de mirarme mientras iba bajando lentamente. Yo intentaba ver cómo su coño tragaba mi polla, pero su mirada me tenía atrapado. Una carita de ángel con ojos de vicio. Hasta que noté el frío de sus nalgas en mis muslos.

En ese momento me dijo susurrando: “Pensé que no entraría toda.” Y comenzó a dar pequeños saltitos sobre mi. Yo me incorporé un poco y buscaba darla con mi polla. Pero ella era dueña de la situación. Me acariciaba el pecho y soltaba algún que otro gemido discreto mientras sacaba las uñas. No sé si su placer era real o simplemente fingía para mi. Lo qué sé, era que yo estaba sintiendo muchísimo placer. Sus gemidos contenidos para no ser escuchados por otros huéspedes me estaban volviendo loco por el morbo.

Jugando en la cama pasó a cabalgarme de espaldas. Ya no solo era sentir su coño caliente y húmedo, ahora también tenía las vistas de su culo chocando contra mi pelvis y su ano cerradito con alguna que otra contracción refleja. A 4 patas mejoró aun más la situación. Encendí alguna luz más para poder ver mejor ese espectáculo que era follarla. Bueno, más bien ella me follaba a mi. De las pocas chicas que estando a 4 patas saben moverse para yo sin hacer nada, poder estar sintiendo y disfrutando tanto del sexo.

El final fue apoteósico. Una paja que ni yo mismo soy capaz de darme. Con toda la corrida disparando por su pechos y escurriendo hacia el vientre. Sin dejar de masturbarme. No sé cómo lo hacía pero un placer intenso que no terminaba. Mientras salía disparada mi leche, ella no paraba de mover sus manos y dedos. Hasta al terminar, después de todo el sexo, cuando se fue para la ducha desnuda me resultó excitante. Pese a haber soltado ya toda mi leche por su cuerpo y estar agotado.

Creo que ella entra en mi top 3 de escort de lujo en Madrid y si puedo repetiremos alguna vez más.

 

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