Mi historia como española en Bath.

Este relato, es más bien mi experiencia viviendo fuera de casa. Una española en Bath. Como tantas personas de España, me ha tocado emigrar para poder trabajar.

Concretamente, yo estoy en Bath, Inglaterra. Aquí tengo un trabajo más o menos decente, pero el tema de la casa está un poco complicado. Creo que he tenido suerte porque desde hace un mes vivo en una casa muy maja. A cambio de cuidar del niño pequeño que tienen, puedo vivir con ellos. Además de que trabajo algunas horas en la empresa que tienen.

Tengo 24 años y piel dorada, pero no mulata. Media melena de pelo negro, ojos oscuros, cuerpo normalito. En España no era considerada una tía tremendamente atractiva, pero aquí se ve que si. Soy extranjera y eso es un plus.

De hecho, ahora mismo estoy en la casa esta porque el marido me propuso vivir con ellos cobrando si además de cuidar del niño, tenía sexo con él. Todo esto surgió justo después de un primer encuentro que tuvimos precisamente aquí, en su casa.

La verdad es que Ludwig aun siendo maduro, se conserva bien y tiene un punto morboso. Es corpulento, muy alto y con unas espaldas enormes. Todas las mañanas se pone a hacer ejercicio en casa. Los jueves es el día que nos quedamos él y yo solos en casa y cuando aprovechamos para tener sexo.

En realidad él tiene sexo conmigo, porque Ludwig es el que lleva todo, yo me dejo hacer. Me busca por la casa y cuando me encuentra me da una palmadita en el culo agarrándomelo, o bien se tira a mi cuello para mordisqueármelo mientras mete una mano entre mi ropa.

Vamos hasta su dormitorio y allí ya empezamos con el tema. Nunca quiere que se la chupe o se la coma, tampoco es que lo necesite para que se le ponga dura. Ludwig prefiere que me quedé en bragas o tanga y que yo misma me manosé mis tetas. Le hago una cubana y en cuanto se aburre me dice que me ponga en la cama.

Yo me subo a la cama y me pongo a 4 patas. Él se acerca a mi, me aparta la braga o el tanga que lleve en ese momento y me pasa sus dedos de forma enérgica por el coño. En cuanto nota humedad, pasa su polla y de golpe me la mete por el coño. Yo casi siempre me quejo porque es muy bruto y abrirme el coño así de golpe duele. Aunque no tenga un pollón.

Además ya he descubierto que le pone mucho que gima mientras me folla.

Empieza duro a follarme el coño, me agarra por las caderas y me pega cada embestida que de una de esas me rompe. Cuando ya se me va haciendo el coño a su polla y su forma de follar, da un paso más, y se sube a la cama mientras sigue metiendo su polla profundamente. Ahí si que noto que me parte, no solo por su polla, si no por la presión que hace de dejar caer su peso contra mi.

Cuando se aburre de esa postura, pasamos al misionero. Del misionero no me libro de que me de algún manotazo en las tetas o me las estruje. Esto es de lo más morboso para mi. Ver su cara de salido follándome y ver como mira mi coño abierto y depilado. Alguna vez, mientras me folla y en lugar de agarrar mis tetas, intenta darme placer en el clítoris. Pero es muy bruto y patoso y no consigue nada. Yo para que sea feliz finjo que me da mucho placer y que me vuelve loca. No paro de gritar.

Para darle más placer y disfrutar yo también, paso mis piernas por sus hombros y cierro las rodillas para que apriete su polla, eso le pone a mil. y saca lo peor de él.

Empieza a decirme de todo en inglés, algunas cosas las entiendo pero otras no.

Así noto todo en mi coño, como la cabeza de su polla se entierra en mi interior. Yo me agarro a él donde puedo y me dejo llevar por la pasión.

Cuando estoy caliente me encanta que me dominen. La última vez fue lo mejor. Tal como estaba así, me pasó las manos por el culo y me levanto en el aire sin sacarme la polla del coño.

Yo notaba todo mi peso en mi coño y en sus manos. Ludwig me sujetaba y me dejaba caer sobre su polla que se me clavaba profundamente. Pero no solo tenía el placer del sexo en sí. Sus manos mientras me agarraban por los glúteos, me los separaba y sentía como también se empezaba a abrir mi culo. En mi ano podía notar como escurrían mis flujos del coño y una sensación de frío. Hasta que en un rebote, recolocó sus manos en mi culo y me sentí aliviada. Fue solo momentáneamente, puesto que ahora me tenia mejor sujeta pero sus dedos estaban justo en mi ano. Yo estaba en pleno orgasmo y Ludwig no tuvo mejor idea que introducirme un dedo en el culo.

Yo le dejé porque realmente un dedo si me da placer, y más en pleno orgasmo. Pero en cuanto terminé mi orgasmo me dejo sobre la cama, y ya no quiso tener solo su dedo en mi culo. También quería su polla, su dura polla. Yo me escabullí por la cama y le dije que no. Él me miró y tras unos segundos aceptó. Me pidió que le comiera la polla a 4 patas sobre la cama. Eso no me importaba, me acerque y me introduje toda su polla en la boca. Ludwig estaba encantado, y se echó un poco adelante para llegar a darme algún azote mientras se la comía como una zorra. Minutos más tarde le vino la corrida que inundó mi boca de semen.

Ya más relajado, fue cuando me confirmó que teniendo sexo así, una vez por semana, tendría trabajo, sueldo y casa en Bath. Y esto ha sido mi historia como española en Bath.

 

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