La funcionaria asesina (Halloween)

Esta es una de esas historias que ocurren y salen solo en algunos medios de comunicación de forma muy discreta. Un ejercicio de autocensura para no crear alarma social.

La protagonista indiscutible de la historia se llama Carolina. (Nombre ficticio). Es una chica joven, su DNI revela 27 años, aunque su aspecto dice que algunos menos. Una piel tersa y sin imperfecciones. De tono blanquecino, bronceado si es verano. Una estatura media y una complexión física de inocentes curvas. Algunas malas lenguas hablan de un ligero sobrepeso. Una media melena castaña de pelo liso, cara redondita y dulce. Con aspecto aniñado, de ahí que siempre calculen menos edad de la que tiene y que ella también juegue ese baza.

Esta es la parte benevolente de la historia. La parte oscura es demasiado oscura y vinculada a la sexualidad. Cual canto de sirena, atrae a sus víctimas con la promesa de una gran sesión de sexo, pero de insospechadas consecuencias.

Carolina sale de fiesta y conoce gente como cualquier otra persona. No se aburre y siempre encuentra gente con quién jugar como dice ella. Al ser activa tiene una gran vida social fuera de su trabajo como funcionaria que consiguió hace unos años.

Su look inocente y de lolita atrae a muchos hombres. Ella siempre se deja llevar. Se deja conquistar y espera a que den el primer paso. A que se acerquen a besarla. Según el lugar, dejarse manosear y sobar. Pocos se resisten cuando enseña su ropa interior, o los más atrevidos buscan el descuido o la mirada furtiva y lasciva de esa fantasía. Un sujetador clásico con algún motivo bordado pero nada de transparencias o fantasías. Lo mismo que sus braguitas, muy adecuadas a su look y proyección de lolita inocente. Siempre braguitas tipo slip. De color uniforme o bien con alguna raya o a veces algo más atrevido como algún motivo dibujado como el logo de Batman, Puca, Hello Kitty. Pero siempre con esa línea de castidad.

Llegados a este punto donde el hombre de turno descubre su ropa interior, ella opta por ser modosita y avergonzarse si intentan ir a más en cualquier lugar que no sea su casa. Por eso les invita a ir a su piso. Un ofrecimiento que nunca le han rechazado. Especialmente por la promesa no escrita de que seguramente pueda haber más sexo al amanecer.

Ya en su casa, y habiendo jugado en el trayecto, a pie o en coche, y seguramente haberse dejado magrear y calentar en el ascensor, abre su mayor secreto e intimidad. Deja correr la pasión desnudándose de forma pasional con un toque de vergüenza virginal. Ella muestra las inseguridades de su físico provocando al hombre ese instinto dominador y protector.

Irremediablemente esto la lleva a dar sexo oral arrodillada frente al hombre. Su fragilidad impostada se hace patente con la delicadeza con la que agarra el miembro y lo va introduciendo en su boca. Pasa la mano a los testículos y los masajea sin saber. Sus ojos redondos y pardos miran dubitativos hacía arriba. En ese momento es cuando va tragando para hacer una garganta profunda envidiable. Con esa inocencia y dulzura, consigue que sus ojos se congestionen y a veces escurra una lágrima por su mejilla sonrojada.

Cuando ve en máxima excitación a su compañero de juegos, si él no dice nada antes, le propone penetración. En misionero, con sus piernas entreabiertas, sus labios vaginales carnosos y húmedos coronados por su pubis ligeramente velloso. Una pelusa de vello púbico que sin estar extremadamente cuidado, aparenta la improvisación del encuentro. A veces hasta se disculpa por no estar totalmente depilada. Todo depende de cómo haya leído los gustos y actitud de su amante.  Otra de sus habituales es a perrito. Entregándose por completo a él. Incluyendo gemidos y algún sobresalto al sentir la penetración. Siempre buscando la adulación y la dominación sobre ella. Hasta llegar a la complicidad de dar la semivirginidad de su culo una y otra vez como entrega de confianza a ese desconocido.

Todo un acto de escenografía para llevar a su víctima a su terreno. Antes de llegar al gran final, ella propone un 69 estando ella encima. Su vena pasional se abre camino y con su atractivo cuerpo más la actitud sumisa con ese punto de morbo, rara vez le niegan tal placer.

Sin perder el halo de dulzura e inocencia, se acomoda sobre ellos. Se asegura que su entrepierna llegará bien a la boca de él. Comienza suave y dejándose hacer. Pocos se resisten a manosear o azotar sus nalgas. Los más atrevidos, penetrarla analmente con algún dedo. Su vena de funcionaria asesina entra en acción.

El 69 pronto se torna en un facesiting. Literalmente sentarse en la cara de su pareja. Muchos aun en ese punto están encantados sin ver lo que les ocurrirá. Ella se deja llevar por el placer de recibir un buen placer oral. Aunque sus intenciones son más diabólicas. Su morbo y éxtasis es dejarlos sin aire. Depende de la resistencia de cada uno, pueden acabar ahí o si son afortunados, morir con una sensación de placer más intensa. Una petite mort literal. Ella se sube en su polla para cabalgar. Salvo contadas excepciones que es anal, lo habitual es que sea vaginal.

Una vez en posición, comienza su camino al placer. Lo que para ellos será su “última milla”. Como una posesa, se dedica a saltar y cabalgar de forma salvaje sobre ellos. Provocándoles un gran placer. Para a continuación, y de forma muy estudiada, apoyarse sobre su pecho. De manera que cada vez tendrán menos capacidad pulmonar por el peso y el agotamiento. La falta de oxígeno comenzará a amplificar el placer físico. Terminando Carolina apoyándose sobre su cuello y asfixiándolo con su propias manos. A la vez que ellos, por la falta de oxígeno, comienzan a tener alucinaciones, perder la conciencia y tener una erección post mortem.

A partir de aquí, llega el momento de Carolina, la funcionaria asesina. Le toca hacer limpieza y posteriormente la gestión administrativa burocrática. Es buscada por la policía porque ya ha degollado a más de 100. Así es este caso, (relato) inspirado en la funcionaria asesina. Versionado desde la canción de Alaska y Dinarama escrita por Nacho Canut y Carlos Berlanga. (Spotify versión original)

Feliz y placentero Halloween.

 

**Si te ha gustado este relato especial de Halloween inspirado en la canción de La funcionaria asesina y quieres uno similar, recueda que también se pueden escribir personalizados y exclusivos para ti. (ver info)