Lenguaje inclusivo y sexualidad

La sexualidad es un gran campo de conocimientos y acciones. Todas las personas pueden encontrar su particular oasis dentro de ella. Su zona preferida. Sin embargo, también es importante que todas las personas seamos capaces de respetar los gustos y “zonas preferidas” de la sexualidad de otras personas.

Aquí empieza la parte de la educación sexual. El conocimiento nos hará libres, pero el respeto por las opiniones y gustos distintos también. Mucho más libres. Ese respeto y libertad pasa por aceptar a otras personas como son y tener una mentalidad abierta a temas de inclusión. Algo que Toulouse no se cansa de decir y repetir es que la diversidad es riqueza. Eso empieza por usar un lenguaje inclusivo en la sexualidad.

En este blog, desde el principio nos hemos guiado por evitar etiquetas de orientación, edad, raza y género. Precisamente de género es lo que más cuesta y donde más polémica suele haber por tema del lenguaje. Una lucha que en cierta manera se la han apropiado a nivel político para hacerla suya y señalar a la gente.

La sexualidad tiene su lenguaje y la igualdad de género es parte de él. La sexualidad es inclusiva, está y afecta a todas las personas. De una forma o de otra, en mayor o menor medida. Siendo Toulouse como es, no podíamos dejar pasar el entrar en este campo. Ya hablamos del lenguaje y la sexualidad (Leer más) pero ahora lo vamos a hacer sobre lenguaje inclusivo para el terreno sexual.

A veces hay ocasiones en las que por naturaleza es imposible ser generalistas y no dejar fuera a algún grupo de personas. Es la propia naturaleza. En esos casos lo primero que hay que entender es que es normal y se sigue siendo inclusivo aunque no se aluda de forma general. Pongo un ejemplo. Hablar sobre la píldora anticonceptiva teniendo que incluir a la comunidad gay no es promover la inclusión. Podemos llamarlo de muchas formas, pero eso no tiene nada que ver con usar un lenguaje inclusivo o ser una persona inclusiva. Es mezclar churras con merinas.

Lo que si ayuda a ese proceso de inclusión y aceptación de un mayor grupo de opciones, es emplear un lenguaje impersonal. De forma que cada cual se pueda sentir aludido sin necesidad de caer en formas concretas. Hablar de tú, evita entrar en la disyuntiva de definir un género. Del mismo modo que en el español, uno de los idiomas más ricos del mundo, existen cantidad de palabras neutras. Y que conste que Toulouse es el primero en escribir con @ para integrar femenino y masculino. Pero, ¿por qué no hablar de personas como hace Toulouse en este blog? ¿A quién le incomoda que le llamen persona y requiere que se invente el concepto persone? (Sí, Toulouse ha visto usar el termino “persone” como forma de lenguaje inclusivo en términos de sexualidad)

En esta línea y por lo comentado antes, también existen muchos conceptos que chirrían no por un tema de inclusión, sino por falta de conocimiento del lenguaje. Otra opción puede ser por las propias ideas preconcebidas de cada cual que le genera barreras limitantes en su mente. Un caso muy frecuente que lo ilustra a la perfección. Cuando se habla de una relación sexual, se suele asumir los roles de activo y pasivo de forma predeterminada. Un rol activo es quien penetra y el rol pasivo quien se deja penetrar. Mientras que el concepto como tal, y que yo al menos defiendo, es que un rol activo es quien se mueve y un rol pasivo quien está paciente o inactivo.

Por supuesto no estoy dando por hecho los roles con ninguna identidad de género ni orientación sexual. Una persona puede tener un rol u otro e intercambiarse durante una relación sexual. De hecho así sería lo más interesante.

Dentro de la sexualidad (y su divulgación) es importante no ser ambiguo para poder ayudar, pero tampoco dejar opciones fuera de posibles acciones. Después de los años gestionando este blog, sigue habiendo personas que nos sorprenden y de la que aprendemos nuevos puntos de vista y enfoques sobre el sexo.

¿Te apetece una conversación con Toulouse?

@Exptoulouse (twitter)