Los testículos, la parte olvidada del sexo

Los testículos o los huevos llamados más coloquialmente son uno de los grandes olvidados del sexo en la mayoría de las ocasiones. Cuando pensamos en sexo vamos a pene, vagina, culo, tetas, y boca. Los testículos pueden formar parte importante del placer del sexo. No son una parte más del cuerpo a la que no le podamos sacar un rendimiento sexual. De hecho son una parte importantísima del coito y la fecundación. Tienen una función y un por qué de existir, los testículos son el lugar donde se crean o nacen los espermatozoides.

Hay muchas formas de incluir los testículos en el juego sexual. Si eres habitual del blog seguro que algunas de las siguientes cosas que voy a decir sobre los testículos las conoces. Pero nunca está demás el refrescar y rescatar ideas.
Recordad que son una zona muy sensible y que al igual que es muy fácil producir placer o excitación jugando con ellos, es igual de sencillo el que se convierta en dolor. Ahora ya depende de gustos personales. En el juego del sexo oral, los testículos aportan una nueva dimensión. Para esto es muy recomendable que la zona esté libre de pelos, más que nada para que no resulte tan desagradable para la persona que juega con ellos.
Se pueden chupar, pasar la lengua desde la parte de atrás del nacimiento del escroto hasta la base del pene. Esto suele dar mucho placer. Además de que se puede jugar con la situación de sujetar con una mano el pene mientras se juega con la lengua. No descartes jugar con ellos sin más recorriéndolos con la lengua. Incluso, se pueden comer literalmente.
Introducir toda la bolsa escrotal en la boca, es lo que se llama un teabagging (más info). Para esto se necesita un poco de práctica. Una vez que lo tienes puedes succionar un poco, apretarlos suavemente con la boca, lo que se te vaya ocurriendo.
Otra opción es jugar con los testículos usando las manos. Al igual que se manosea y se masturba un pene se puede hacer con los testículos. Con cuidado de no hacer daño, pero manosearlos y acariciarlos muy suavemente seguramente hará que a tu pareja se le dispare la excitación.
En el caso de parejas heteras, hay otra opción también muy excitante para ambos. En esta ocasión lo tiene que hacer el chico. Estando ella caliente y lubricada (con la vagina húmeda). Ella se tumba bocarriba, como si fuera la postura del misionero y separa las rodillas lo más que pueda. Si debajo del culo se pueden meter almohadas o varios cojines mejor. Desde esa posición, el chico lo único que tiene que hacer es frotar sus testículos contra la vagina caliente y húmeda de ella. Así concentrarse en notar a través de sus testículos el calor y la humedad que ella tiene.
Si el chico es habilidoso y la chica se abre un poco los labios, puede ser una sensación tremendamente placentera para los dos jugar a masturbar el clítoris con los testículos.
Por supuesto no os limitéis solo a las propuestas que hay aquí, investigar vosotros mismos. Otra posibilidad interesante puede ser acariciar con los testículos el cuerpo de la otra persona.  Recordad que hay un huevo de posibilidades, desde estas más sutiles, hasta el mundo extremo del BDSM.
Para más info acerca del aparto reproducto másculino podéis ver esta entrada

¿Me tocas los huevos?