Posexualidad, la nueva sexualidad

La sexualidad va cambiando a la vez que cambian los hábitos y costumbres de los humanos. Incluso por grupos de personas, no se ve igual la sexualidad en un país que en otro. En esta evolución, estamos llegando al concepto de posexualidad. Una concepción de sexualidad que va más allá de lo que se ha visto hoy.

La posexualidad es un concepto ligado al siglo XXI. Al igual que otros conceptos como posmoderno, posverdad o poscensura. Estos términos tienen en común que se basan en acciones vistas y reproducidas en la primera mitad del siglo XXI. Precisamente lo que estamos viviendo y lo que van a vivir las generaciones futuras. La sexualidad es un ámbito más donde precisamente la generación llamada “centennials” va a irrumpir en poco tiempo y algunos ya están irrumpiendo. De ahí, que ya se puedan empezar a asentar las bases de pautas que marcarán a esta generación y visión de la sexualidad propia y ajena.

Desde las experiencias de Toulouse, tenemos una posición privilegiada para descubrir estos pequeños cambios. Ya sea a través de las consultas que nos hacen llegar por diferentes vías, como por la filosofía de divulgación que tenemos de estar siempre pegados al público y monitorizando las posibles tendencias y hábitos que surjan para poder ofrecer respuestas ágiles a esos nuevos cambios e incertidumbres entorno a la sexualidad.

Como ya hemos dicho, la posexualidad se genera a raíz de coincidir y converger varios condicionantes en diferentes estratos y áreas que provocan cambios transversales. A nivel sexual, uno de estos cambios el la difuminación de la línea que genera la orientación sexual. (Aquí ya perfilábamos este hecho) Cada vez más, estamos detectando personas que se consideran heteroflexibles. Esto es que considerándose fundamentalmente de orientación heterosexual, esa persona está dispuesta a tener relaciones homosexuales.

Desde el punto de vista de Toulouse, hablamos de que la orientación sexual se debe aplicar sobre el tipo de género o relación que provoca sentimientos. No sobre el género que en un momento concreto complace o ayuda a obtener placer y satisfacción sexual. Desde nuestro punto de vista, lo que vemos es que se está empezando a producir esa separación de conceptos entre lo sentimental y el placer lúdico. Personas que para relaciones sentimentales si buscan personas de diferente sexo, pero para pasar un rato de placer distendido no imponen un género concreto.

Este punto lleva asociado algo muy positivo, se está abriendo paso la tolerancia y la diversidad sexual. En línea con la filosofía de la posmodernidad, donde a través de potenciarse la individualidad no se busca tanto la competitividad como buscar la diversidad y apoyar el pluralismo de opciones. La gente que entra en este grupo son en general, más tolerantes con otras opciones sexuales y sentimentales aunque no las compartan. A su vez, esto también está provocando otros cambios derivados. En las relaciones sexuales ya no solo se piensan en pareja, empieza a no incomodar que se unan otras personas. Siempre y cuando sea para y por placer y no por sentimientos. No hay más predisposición al sexo abierto, pero en el caso de que surja la opción, se tolera y acepta en mayor grado.

Estamos viendo cada vez más casos donde la sexualidad sobrepasa el concepto sexual. Hablamos de que se está normalizando la desnudez del cuerpo humano sin llegar a caer en la sexualización del mismo. Empieza a darse con más frecuencia el caso de diferentes personas sin una relación sentimental/amorosa entre ellas, no ven, ni sufren tensión sexual por compartir espacio estando desnudas.

Es más, en algunas redes sociales hemos descubierto que se repite el comportamiento de realizar sexting sin tener conciencia de ello. Debido a que esa persona no ve la arista sexual a mostrarse sin ropa de forma pública. O lo realizan como prestación para logar más seguidores, fans o “me gusta” en redes sociales con el único fin de alimentar sus ansias narcisistas. Podemos decir que comercializan con su sexualidad pero no con su cuerpo. En el sentido de que tienen muy claro que por mostrarse sin ropa no están haciendo ningún tipo de propuesta sexual.

Por supuesto que esto puede desembocar en otro tipo de problemáticas. Sin embargo, para ser honestos, debemos decir que esta “nueva filosofía” llamada posexualidad está más asentada en perfiles jóvenes. Mientras que entre generaciones más mayores, es donde nacen los dilemas morales y la reacción intolerante sobre el primer grupo. Personas que no entienden esta nueva filosofía y que según sus pensamientos, entienden o lo ven como señales que no son correctas.

Exactamente, el hecho concreto de poder exhibir el cuerpo sin que ello implique ofrecimiento sexual. Hablamos de posexualidad como una nueva corriente dentro del ámbito de la sexualidad. Lo entendemos asi porque es un hecho que se está produciendo por varios lugares del mundo a la vez. No es cosa de un área concreta o país.

Vivimos en un mundo hiperconectado y globalizado. Las diferentes conductas humanas que se engloban en la posexualidad también se repiten de forma simultánea en distintos lugares del mundo. Este hecho hace que nos cuestionemos que no es una acción aislada o una moda temporal. Estamos frente al nacimiento de una nueva corriente de pensamiento. Es tiempo de cambio, es tiempo de posexualidad y sus nuevas reglas que se irán asentando a medida que la generación centennials entre en el terreno sexual. Independientemente del lugar geográfico donde se encuentren.

¿Tú estas dentro de la posexualidad?