Su fantasía… (Ahora cumplida)

Este finde he hecho realidad su fantasía. Tener sexo con una “gatita mala” como dice él. Empecé en la cena sacándole el tema para ver cuánto de caliente podía estar. Como siempre, estaba dispuesto. Pero le dejé bien claro que no iba a conseguir nada.

Un rato después, mientras veíamos la tele en el sofá, disimuladamente mi mano se fue acercando a él. Luego el resto de mi cuerpo hasta medio tumbarme sobre él. Lo clásico de pasarle una pierna por encima y apoyar mi cabeza en su hombro o el pecho. Así fue como empecé a manosearle el paquete por encima de la ropa que llevaba. Él apenas se inmutó. Se hizo el despistado para que yo siguiera jugando. Pasé al siguiente nivel, pajearle por debajo de la ropa. En cuanto metí mi mano y le agarré su polla ya dura, él resopló. Entonces le miré y él me dijo soliviantado: “Nada, nada, tu sigue”. Fui a por sus huevos, porque le encanta que juegue con ellos, se lo acaricié y manosé durante un rato mientras notaba que su polla cada vez estaba más y más dura.

Sin yo decir nada, en un momento, levantó un poco el culo del sofá y en un abrir y cerrar de ojos, se dejó el pantalón y el boxer que llevaba por las rodillas. Yo sabía perfectamente lo que quería. Me moví un poco hasta poder llegar a chuparle la polla. La sujeté con dos dedos y la rocé con mi lengua. Solo la puntita con varias pasadas. Me acerqué más y ya si me la metí en la boca una parte.

Mientras la tenía en la boca yo succionaba de forma interrumpida con golpecitos de mi lengua. Su instinto fue llevar una mano a mi cabeza para que se la comiera más, que es lo que solemos hacer. Pero en esta ocasión quería que fuera distinto, así que le llevé su mano hasta mi culo y le dije que ahí, que la cabeza no. Él aceptó pero metiendo su mano por debajo de mi ropa. Yo seguí comiéndole la polla durante un rato, de forma relajada y elegante. Jugando y sin nada de gargantas profundas ni cosas así.

Por su parte, se dedicó a manosearme el culo y sobármelo sin dejar de darme algún que otro cachete cuando más ímpetu le ponía yo al sexo oral. Entre tanto, me dijo varias veces de pasar de los preliminares a la acción. Cuando yo me sentí excitada le dije de irnos a la cama a por más. Él quiso metérmela por el camino, ponerme contra la pared y clavármela, pero no me dejé. Le dije que iba a preparar una cosa y que me esperase dispuesto en la cama.

Yo me fuí al baño y saqué el juguetito que había buscado días antes. Una cola de esas con pelito que llevan como un mini dildo para meter por detrás. Me desnudé, le puse lubricante y me la coloqué. Entró sola, empuje un poquito y sola hizo ¡plof! Note como el frío del metal estaba dentro de mi culo. Me miré al espejo y resultaba extrañamente sexy. El blanco de mi culo redondito con esa cola colgada tapando el resto de la raja. Así salí del baño y fui al cuarto.

Él estaba reclinado en la cama esperando mi llegada. Yo jugué un poquito con el marco de la puerta y gateando por la cama llegué hasta él. En cuanto vio la cola, se puso a mil. Me puse a 4 patas sobre su cuerpo, él lo primero que hizo fue indagar la cola y acariciarla. Lo siguiente, ver que la tenía colocada en el culo con un dildo.

Lo sujetó y tiró de él, yo noté la tensión de querer salir y como saltó como un tapón de botella que se descorcha. Automáticamente le dije que se estuviera quieto, que eso no era para estar jugando así. Él me obedeció y volvió a meterlo con mucho menos delicadeza de como me lo había hecho yo. Salvo que repitió esto varias veces, le encanta jugar conmigo y mi cuerpo. Yo disfruto mucho con sus perversas ideas, y este momento era uno de esos.

Por extraño que pareciera, me daba cierto gusto el que me estuviera metiendo y sacando ese mini dildo del culo, no era nada molesto. Tanto que instintivamente use una de mis manos para masturbarme el clítoris. Cada vez que se introducía ese cuerpo en mi culo, se escapa de mi boca un quejido repleto de placer.  Me conoce perfectamente, y por eso me dio un azote un poco más fuerte de lo normal en el culo a la vez que exclamó: ¡Ya paro que te estás poniendo muy cachonda!

Lo siguiente fue, con la cola esa puesta. Seguir a 4 patas y él colocarse detrás mía. Pasar sus manos húmedas en saliva por entre mis labios y notar su polla dura abrirse camino hacia el interior. Me la metió hasta el fondo. Yo suspiré y resoplé, él la dejó en mi interior y empezó a moverse hacia los lados. Sabe que eso me mata.

Yo me dejé hacer, apoyé mi cara de lado sobre las sábanas y coloqué mis manos sobre mis riñones. Él con una mano suya me las inmovilizó, empezaba el placer de verdad. Me comenzó a follar de forma enérgica mientras su boca soltaba todo tipo de improperios. Yo no tardé en notar calor dentro de mi por la fricción de su polla en mis entrañas, ni tampoco en pedirle entre gemidos más y más placer. De repente siento como mi culo se abre y una especie de fresco lo recorre. Instantes más tarde oigo como el dildo cae al suelo y rueda. No digo nada, pero en mi mente resuena mi voz interior, “Uff… ahora va a por el culo…

Efectivamente, mi vagina se queda vacía, su lengua hace acto de presencia por mi entrepierna y culo. Despliega todas sus habilidades en un beso negro muy intenso a la vez que utiliza sus dedos con mi clítoris. No voy a mentir, yo también estaba a mil. Por eso, antes de que me metiera nada, tomé yo la iniciativa.

Le dije que se tumbara y yo me pondría encima. De cuclillas sobre él, empuñé su polla y me la coloqué en el culo. La tenía especialmente rígida, cerré los ojos y me dejé caer sobre su polla para que me empalara. Su polla entró profundamente, de hecho, creo que pocas veces me había sentido tan penetrada. Era un poco molesto, pero compensaba por el placer que sentía y sobre todo por verle.

Su cuerpo tenso y como una tabla. Su cara mezcla de placer y esfuerzo. Ojos cerrados y dientes apretados. Con un soplido me gritó: “¡Me corro!” e intentó quitarme de encima porque, aunque tomo la píldora, no me gusta que se corra dentro de mi. Sin embargo, esta vez, le dije: “hazlo, no pasa nada” Resopló aun más fuerte y empezó a correrse.

Su respiración se agitó y se hizo más sonora, su musculatura se apretó más y empezó con algún espasmo. Llegó a levantarme de la cama mientras tenía su polla en mi culo. Ahí sí noté dolor, pero fue algo puntual. A continuación, sentí como se hinchaba su polla y reventaba dentro de mi. Todo semen caliente inundando el interior de mi culo, los chorros de la corrida era lo peor. Como si una culebrilla estuviera dentro mi y me diera pequeños pinchazos o cosquillas como eléctricas. Fue una corrida larga, tuve esa sensación 3 o 4 veces.

Él quedó agotado, apenas era capaz de contestarme. Intenté quitarme de encima suyo pero no me dejó, me dijo que le daba como dolor en la polla. Así que me compadecí de él, me quedé encima suyo hasta que se le bajó la erección y su polla salió de mi culo dolorido a la vez que su corrida.

 

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