Lgtbifobia ¿natural o provocada?

A estas alturas de la vida, no hace falta explicar qué es la lgtbifobia. El rechazo u odio hacia personas o acciones que estén vinculadas al movimiento LGTBI y su comunidad. La pregunta es, ¿es algo natural o es algo provocado?

Toulouse ha detectado últimamente que esta lgtbifobia no siempre es motivada por los mismos factores. A veces, es el exceso de búsqueda de aceptación o visibilidad del colectivo LGTBI el que crea ese rechazo. Lo comento más en detalle.

Cuando aquí se habla de Lgtbifobia natural, hace referencia a esas personas que ya sea por un nivel cultural más bajo, por tradición familiar o por factores culturales de su entorno, sienten rechazo hacía el colectivo. Porque en muchos casos lo consideran enfermedad o algo que se puede contagiar si estas cerca de alguna persona del colectivo. En ocasiones, oculta una frustración interna. Otras, es una defensa ante sus similares para que no se descubra en esa persona que en realidad se puede categorizar dentro del colectivo. Digamos que esta opción es la que ha existido toda la vida y es la base clásica de la lgtbifobia.

Sin embargo, hay una lgtbifobia que es provocada. Se puede intuir que es un cúmulo de factores. A veces ocurre desde dentro del mismo colectivo y se proyecta hacia fuera. Un uso indebido del discurso victimista. Otras en cambio, está más relacionado con una situación de hartazgo o de saturación. Personas ajenas del colectivo LGTBI, que están siendo impactadas de forma constante por acciones y sienten cierta presión social. Una sobreexposición y discriminación positiva.

Comencemos con el análisis del resultado de una suma de extremismos y pensamientos radicales. Una mentalidad que se retroalimenta en una escalada de reafirmación. Donde pareciera que hubiera distintos grados de pertenencia al colectivo y que unas personas pueden ser más que otras. De este punto es donde surgen voces de personas que perteneciendo al colectivo, dicen no encontrarse representadas por el mismo. Al menos por algunas afirmaciones y comentarios que realizan personas más radicales que se proclaman auto-abanderadas.

Sin ir mas lejos, en España, por el día de la mujer (8 de marzo) se vivió una situación surrealista. En muchas ciudades se convocaron 2 marchas distintas para revindicar lo mismo. (Monitorización de noticias del 8 marzo.) El punto discordante que había entre ambas opciones era la postura respecto al mundo transexual. Debido a la llamada “ley trans” aprobada recientemente. Que permitiendo reconocer los derechos de las personas trans, también ha abierto la puerta que cualquier persona, por el mero hecho de sentirse de un terminado género, pueda revindicarse como tal en términos legales, sin ninguna otra justificación.

Sin abandonar el colectivo LGTBI, a veces se quiere rizar tanto el rizo y llevarlo tan al extremo que se le da la vuelta al marcador. Y esto genera esa lgtbifobia provocada dentro del propio colectivo. Personas que no se sienten representadas por lo que se quiere transmitir desde algunas secciones más radicales de la comunidad.

Recientemente estamos viviendo cierta presión social por el hecho de que si alguien pertenece al colectivo, tenga que decirlo abiertamente y manifestarlo públicamente de forma continua. En España hay casos recientes (orgullo del 2022) como el de María del Monte, cantante, que durante años no se ha significado públicamente sobre su orientación sexual, pero según ella misma a comentado en varias ocasiones, en su círculo personal de amigos y familiares, nunca lo ha ocultado y todos estaban al día de sus preferencias sexuales.

Otra de las líneas que genera esa lgtbifobia provocada, es la sobreinclusión del colectivo en cualquier ambiente. Por supuesto que la condición sexual de las personas no obedece a ningún tipo de criterio y por tanto, en cualquier ambiente y situación, es muy posible que exista alguna persona de la comunidad. Pero esto no significa que esta condición tenga que ser relevante para ese ambiente. Uno de los casos más evidentes está en el entretenimiento.

A la hora de generar contenidos, series o películas, algunas productoras y plataformas, ven casi una obligación que entre los protagonistas o en la trama haya presencia LGTBI. Justificando giros de guión absurdos que distraen de la trama principal. Por supuesto que hay que dar visibilidad y trabajar temas de inclusión en estos campos, pero sin necesidad de que quede forzado.  Más recientemente, para las elecciones del 28 de mayo (2023). Hemos visto la polémica que surgió debido a que a una candidata a la alcaldía, se la presentó como bollera. (lesbiana). Haciendo entender que este rasgo era lo más necesario para desarrollar las funciones de gobierno.  (enlace vídeo)

Esta inclusión forzada del colectivo también suma a generar rechazo y odio hacia personas LGTBI por parte del resto de la población. Ya que en algunos casos, se les genera una discriminación positiva. Como es el caso de la ley de empleo de España, que se publicó el 28 de febrero de 2023 y entró en vigor el 1 de marzo. En dicha ley, se dice que las personas LGTBI formarán parte de los colectivos vulnerables y por ello tendrán acceso a una atención prioritaria en las políticas de empleo. Al igual que otros colectivos.

Dejo para el final, uno de los motivos más mediáticos de la lgtbifobia provocada. El conocido como “Pinkwashing”. Una tendencia que se ha potenciado en los últimos años por la cual muchas empresas intentan lavar su imagen de cara al colectivo LGTBI. Principalmente consiste en una estrategia de Marketing por la cual, las marcas, aprovechan el mes de Junio, para teñir sus logotipos e imágenes corporativas de los colores del arcoiris para mostrar su apoyo “comercial” a la comunidad. O por ejemplo en este 2023, también usar las franjas de la bandera trans. No tanto por estar a favor en su políticas internas y valores de empresa sino porque comercialmente es algo que en este mes les rinde muy positivamente en su cuenta de resultados significarse pro-LGTBI.

Dicho todo esto, añadir que en España, según los datos que publica el Ministerio de Interior sobre los delitos que se comenten en el país, estamos viendo como en los últimos años están aumentando los relacionados con la orientación sexual. Lo que no se detalla es la motivación de estos ataques. ¿Será por lgtbifobia natural, personas incapaces de aceptar la diversidad y libertad de los demás? ¿O quizás será por personas que se sienten presionadas y acorraladas por la corriente LGBTI y no son capaces de controlar sus instintos?

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