Inteligencia artificial en el sexo

La Inteligencia Artificial también llega al sexo. Desde no hace mucho, (2017) existe el término de digisexual y tecnosexualidad. El primero de ellos acuñado por el profesor de filosofía Neil McArthur. El segundo lo creó un creativo y lo utilizó una marca de ropa en el 2004. En estos casos, se habla de la posibilidad de la tecnología vinculada a la sexualidad y en muchos aspectos a los sentimientos. Desarrollar relaciones sentimentales o sentir atracción por la tecnología.

Sin embargo, la Inteligencia Artificial está entrando en el sexo por varios caminos simultáneos. Uno de los más obvios y quizás conocidos, es por medio de chatsbot. Sí. Existen bots que mantienen conversaciones de índole sexual. Muchos con fines de engaños y estafas. (Leer post sobre este tema) Otros por estudio de la psique humana y de la tecnología por si es capaz de igualarnos. Hasta los hay que es por puro humor de quienes lo han programado.

También existen varias inteligencias artificiales que se acoplan a juguetes. Quizás esto no entra tanto en el concepto técnico, ya que sería más una especie de Machine Learning. Aprendizaje de una IA o algoritmo en base al uso o de los datos de uso. Igual que Spotify conoce tus gustos musicales, algunos juguetes sexuales pueden acertar también con lo que quieres en cada momento de uso.

Siguiendo por el mundo de la tecnología, quizás nos lleve al mundo de los robots. No sería la primera vez que aprovechando los avances técnicos en siliconas de uso sanitario, se recubren figuras humanoides (robots) a los que se les añade una inteligencia artificial para el tema sexo. Conversaciones y manejo automático de periféricos y wearables para simular relaciones sexuales. Parece ciencia ficción pero no está tan lejos de la normalidad. (Link a ficha de producto)

Hasta aquí podemos decir que es la parte que más o menos conocemos y que no genera grandes dilemas morales o éticos. Nada más allá de las posibles repercusiones de como se ha comentado al principio, las personas que se consideran digisexuales o tecnosexuales.

A continuación vamos a entrar en la parte menos luminosa de la tecnología y que genera conflictos éticos y morales que como sociedad más pronto que tarde tendremos que enfrentar.

Entramos en el terreno de la inteligencia artificial generativa y lo que expertos llaman red generativa antagónica. (GANs). Esta es la herramienta que se usa para crear cosas, en especial imágenes fotorrealistas de todo tipo. Creo que la más famosa es una llamada Dall-E2 que funciona en inglés. En España, también hay una que se llama Geniverse.

Su funcionamiento es relativamente sencillo. Escribes un texto descriptivo de lo que quieres, y le das generar. Esperas unos segundos y tendrás la propuesta de la inteligencia artificial.

Con ellas se pueden hacer personas ficticias con una apariencia real muy difícil de diferenciar. Hasta ahora lo que más popularidad a tenido ha sido en el mundo de las modelos. Un fin bastante blanco dado hasta donde puede llegar. Podéis ver una de estas modelos si buscas a @imma.gram en Instagram. (Si no tienes Instagram o quieres ver el perfil directo haz clic aquí)

Como puedes imaginar, crear imágenes y vídeos de personas que no existen, también da para poder “engañar” a personas. Hacerte pasar por esa persona inventada y jugar con otras personas. Como broma puede ser divertido, pero rápidamente todo vira hacía lo sexual. Con todo tipo de fotos y vídeos irreales, se puede engañar a muchas personas y hasta a algoritmos de verificación para participar en webs, apps y plataformas de citas. Hacerte pasar por una persona que no eres y como suele ocurrir, estafar dinero o infectar dispositivos con malware.

No sé si empiezas a percibir la dimensión que esto puede tener. Se pueden crear personas que no existen y tener todos los medios de justificación para crearle una vida. Imágenes y vídeos fotorrealistas de algo irreal.

El común de las personas es raro que lleguen a pensar más allá, pero una inteligencia artificial generativa para el sexo abre una puerta muy peligrosa. Abre la realización de fantasías sexuales por inverosímiles que sean. Lo más popular es usar el deepfake (más info aquí) como ya vimos, para ver a celebritys o quién tu decidas teniendo relaciones sexuales. Pero también podemos recrear contenidos sexuales concretos. Por ejemplo orgias. Sin salir de las fantasías realistas y complicando los límites de lo ético y moral, se puede avanzar en el mundo snuff.

El contenido snuff es aquel que son fotos y vídeos, en los cuales, se ven actos delictivos reales, del tipo torturas, abusos, asesinatos. Dentro de la industria del porno, hay productoras especializadas en recrear estas acciones. Son ficción donde le dan un aspecto de realidad. Con las inteligencias artificiales, esto puede alcanzar cuotas aun más realistas.

Es el momento de poner sobre la mesa lo realmente delicado. La posibilidad de crear contenidos sexuales hiperrealistas donde estén involucrados menores de edad. Al margen de la parte ética y moral, supone un nuevo problema añadido. Va a ser demasiado realista y va a resultar complejo poder distinguir contenido ficticio del contenido real.

Hasta ahora este último tipo de contenido, ha existido y vive como parte de las fantasías extremas y está “bajo control”. Entendiendo que lo que se crea, es claramente ficticio puesto que son relatos eróticos, cómics e ilustraciones o animaciones digitales. Siempre se distingue a simple vista que es irreal y no hay menores reales involucrados. Por supuesto, cuando los hay, estamos hablando de actos delictivos.  Sin embargo, con la llegada de la inteligencia artificial al terreno del sexo, todo esto puede cambiar. Imagina combinar todo lo visto aquí. Imágenes/vídeos y además la capacidad de hablar o interactuar con humanos.

La opinión personal de Toulouse es que necesitamos urgentemente meditar y debatir sobre este tema de la incursión de la inteligencia artificial en el sexo. Espero que estemos preparados y a quién corresponda, tenga la capacidad de ver más allá de lo inmediato. Viene una transformación muy importante de la sexualidad.

¿Te imaginas así el futuro?